El pasado mes de julio, el joven estudiante español, creador del FossaSat 1, finalizó la fase de diseño de este pequeño satélite en el campus de Móstoles de la URJC. Con él, en palabras de su creador: “se pretende democratizar el espacio y dar acceso a las telecomunicaciones dentro de una red del Internet de las cosas al mayor número de gente”.
Julián asegura que el proyecto no finaliza aquí: “tras lanzar el satélite podremos conocer realmente cómo funciona en órbita y estudiar más el funcionamiento real del proyecto”. “En los próximos meses queremos ampliarlo a través de constelaciones de satélites o investigando acerca de telecomunicaciones intersatelitales” explica el joven científico.
Sus usos irán desde la agricultura a las comunicaciones, permitirá a estudiantes de todo el mundo intercambiar experiencias y su vida útil será de un año. Cuando órbita a 400 km sobre la tierra hará posible conectarse a Internet de manera gratuita en zonas rurales donde la llegada de las nuevas tecnologías es muy costosa mediante receptores caseros.
Este hardware tecnológico rompe con la imagen que tradicionalmente asociamos a un satélite puesto que el FossaSat 1 se trata de un cubo de unos cinco centímetros de lado. El coste del satélite es de 1.000 euros y su puesta en órbita costará entre 25 y 30.000. Ha sido financiado por crowfounding a través de una sociedad sin animo de lucros.
A pesar de su corta edad, Fernández es cofundador de su propia compañía, Fossa Systems, una asociación sin ánimo de lucro que se dedica al desarrollo de tecnologías aeroespaciales que se llevan a cabo de manera abierta para el beneficio público.
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